Angel del Río
Pliegos polémicos
Un pliego es una hoja de papel doblada por la mitad. Un pliego de condiciones es un documento contractual de carácter exhaustivo y obligatorio. Y un pliego de condiciones para la externalización de la gestión de seis hospitales públicos madrileños es un documento que envenena el ánimo de los políticos y se utiliza como arma arrojadiza por parte de la oposición, presumo que sorprendida y confundida.
La polémica de las últimas horas está centrada en torno a este tipo de pliego, a través del cual la consejería de Sanidad de la Comunidad pretende ahorrar un 20 por ciento en la gestión de estos centros, asegurando que la prestación de la Sanidad pública continuará siendo universal y gratuita, al tiempo que se obliga a los adjudicatarios a que contraten al personal eventual que así lo desee y la subrogación del laboral.
Para la oposición, son pliegos envenenados que ponen en riesgo la asistencia gratuita y la calidad de la misma. IU insiste en la disminución de la calidad de la prestación, porque las empresas concesionarias intentarán rentabilizar al máximo la gestión y ahorrarán en recursos; para el PSOE, supone el inicio del desmantelamiento de la sanidad pública, y ambas formaciones tienen la intención de llevar los pliegos hasta los tribunales, en buena y fiel compañía con los sindicatos.
No se trata de una fórmula nueva, ni de un experimento peligroso. Ya hay experiencias parecidas en otras comunidades y en la nuestra propia, y en ningún caso la sanidad se ha resentido. Lo que ocurre es que tal polémica está viciada por la política, por los movimientos de contestación, que bajo el paraguas de las batas blancas, persiguen otros objetivos de soterramiento del gobierno del PP. Si se garantiza la calidad, la gratuidad y se hace con menos coste, es lo que me importa como paciente y contribuyente alejado de contaminaciones partidistas.
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