Iñaki Zaragüeta

Por simple coherencia

La Razón
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Una cosa está clara respecto al concejal del Ayuntamiento de Madrid Guillermo Zapata: debería haber dimitido y, si se negara a ello, la alcaldesa, Manuela Carmena, debería haberle expedientado, suspendido de militancia y enviado al Grupo Mixto o de los No adscritos.

Por coherencia programática, dignidad democrática y ética personal. Por coherencia resulta inapelable, puesto que todas estas formaciones han llegado hasta donde están por pregonar unas conductas bien diferentes a las habituales en los partidos. Por bastante menos han exigido responsabilidades políticas a otros en base a separarlas de las penales.

Por dignidad, pues los contenidos de sus tuits sobre las víctimas del terrorismo y del holocausto, así como la invitación a la violencia contra políticos del PP, nos avergüenzan a todos. No sólo a él y a su organización. El perdón de Irene Villa es una eximente pero no le libera de la pena correspondiente.

Por ética, si fuera consecuente con los principios que deben regir a cualquier persona de bien. Este ínclito edil de Ahora Madrid, formación apéndice municipal de Podemos, se ha visto favorecido por un juez, cuyo sobreseimiento ha sido enmendado por la Sala Penal de la Audiencia Nacional en otro caso afirmando que este tipo de tuits sí pueden ser constitutivos de delito y no hace falta que haya denuncia previa.

El asunto aún no ha acabado al recurrir la Fiscalía contra esa absolución. No sé si merece o no una condena judicial, no soy penalista. Ni siquiera sé si se la deseo. Sí tengo claro, sin embargo, que debe estar fuera de la política. ¿Por qué? Simplemente por el Bien Común, por higiene mental colectiva. Así es la vida.