Iñaki Zaragüeta

Preceptos de Rosa Díez

Rosa Díez pasó por Valencia y dejó el mensaje que muchos ciudadanos quieren oír, precisamente en un momento de desprestigio de la clase política. Lo están haciendo los partidos en alza. Como el catecismo que yo estudié, que concentraba los diez Mandamientos en dos (amarás a Dios y amarás al prójimo como a ti mismo), la líder de UPyD sintetizó los suyos en otros dos: regeneración democrática y unidad de España. Problemas que hoy suponen cierta frustración para amplias capas sociales, especialmente para los jóvenes la primera y para no tan jóvenes la segunda.

Corrupción, reforma de la Justicia, crítica del bipartidismo, control de los políticos -denunció la asistencia de 10.000 cargos públicos aforados en España, mientras ninguno en Alemania y Gran Bretaña y diez en Francia, una desproporción desmesurada- constituyen la serie de asuntos esenciales en su exposición.

No es poco. Sin duda España lo necesita, pero insuficiente para una formación con vocación de Gobierno. No contó su proyecto económico para superar la crisis ni para crear empleo, a pesar de que el paro es hoy la primera preocupación.

Respecto a la nuestra Comunitat, restó importancia al lío interno de UPyD, donde quien se supone su hombre de confianza, Toni Cantó, recibió un revolcón en el trasero de su candidato a regir la organización regional. Se lo dieron sus propios afiliados. Tanto, que se plantea abandonar la política. Díez hasta intentó convertir el problema en virtud.

Su objetivo esencial se centra en ocupar el espacio de rebelión contra determinadas taras que adornan nuestra democracia. Lista pero poco fondo. Así es la vida.