Fernando Vilches

Precisión

Ni la hay en la información, ni la hay en el manejo de la lengua. Dos ejemplos. Uno: en el informativo del mediodía de TVE del pasado viernes, en relación con la información de una exposición (que no muestra) de Velázquez, se lee Matías Martínez Padrón y en el de la noche, Sánchez Padrón, cuando el nombre auténtico es Matías Díaz Padrón. Este personaje es una autoridad mundialmente reconocida en pintura flamenca, además de una bellísima persona, y debería ser merecedor de un homenaje del mundo del arte y de la museología por sus atinadísimos descubrimientos en este complicado mundo y por sus no menos extraordinarios estudios sobre Rubens y otros destacados pintores. Pero estamos en España (a veces madre, siempre madrastra). Dos: declaraciones del abogado de Messi: la Justicia ha visto una escasa voluntad defraudadora en el jugador. Yo les aseguro que tengo una «nula» voluntad defraudadora, pues escasa quiere decir que alguna hay. Y, a propósito de la lengua como mérito para unas oposiciones (o como condición sine qua non para acceder a ellas), me cuesta pensar que el dominio que se pide sea realmente el adecuado a la vista del manejo que se hace de la lengua oficial del Estado español (antes España). Perlas como «crecimiento cero» o «crecimiento negativo» han pasado a formar parte de la jerga de los políticos que piensan que los ciudadanos somos lerdos. Ese «progresa adecuadamente» es un sintagma digno de figurar en los anales de la historia de la Educación, o lo de puede usted conectarse «en tiempo real», como si existiese otra dimensión temporal fuera de la obra de H. G. Wells. O la proliferación del uso de «el mismo» como pronombre, en el axioma «llegó un autobús y se bajaron dos personas del mismo», de tan fina retranca intelectual. O «habían muchas personas», «me sabe mal» y otras clonaciones del catalán que permiten pensar que la marea contra el trilingüismo de Baleares no sabe muy bien qué pretende con sus protestas políticas. En la información, precisión y literatura barata son antónimos.