Julián García Candau

Prima el futuro

Los días finales de un año y los primeros del siguiente suelen aprovecharse para resumir lo que han sido los doce meses anteriores. Al deporte español no le salen mal las cuentas. Sin embargo, habría que preguntarse por los objetivos posibles del futuro inmediato. Fue fantástico que «La Roja» ganara la Eurocopa de Polonia y Ucrania y habría que analizar si nuestro fútbol es sostenible o también requiere recortes que lo mantengan vivo. La austeridad en este caso debió empezar hace veinte años, o más, cuando hubo maná televisivo y cielos y tierra sonreían.

En los Juegos Olímpicos de Londres hubo fracaso generalizado en las disciplinas en que participaron mayoritariamente los hombres. Brilló el baloncesto con su medalla de plata y fracasó el fútbol. Se mantuvieron en buen nivel y los mejoraron las mujeres, algunas de las cuales fueron auténticas heroínas. En atletismo hubo cataclismo y ahora quienes tenían derecho al voto lo han hecho haciendo uso de sus derechos democráticos, aunque se han pegado un tiro en el pie reeligiendo a José María Odriozola. Hubo éxito en natación con las dos medallas de Mireia Belmonte y la Federación no ha sabido resolver sus problemas y, encima, ha defenestrado a Anna Tarrés, la seleccionadora de natación sincronizada, a pesar de las medallas conquistadas.

En Londres se ganaron preseas en deportes menores y de los que no se volverá a hablar hasta dentro de cuatro años. Seguimos fallando en la mayoría de las grandes disciplinas, salvo excepción. Mirar por el futuro de las mismas es obligatorio.

Posdata. En tiempos de tribulación, el Consejo Superior de Deportes (CSD) debería dar a conocer los sueldos de los presidentes federativos.