Prioridades

Leo Messi, «per secula seculorum». El Barça ha cerrado una grieta de tamaño natural y Bartomeu ha salvado un «match ball». Conseguido lo trascendental, en lo aleatorio no hay tu tía. Verratti firma la paz con el PSG; Wenger, en su línea, no suelta a Bellerín y Ceballos, el chollo del verano –18 millones de euros al precio que se ha puesto el kilo de futbolista es una ganga–, elige Real Madrid. Y no es ésta una de esas heridas que se curan con el tiempo, sino todo lo contrario. Ha sucedido con el estallido de Asensio y ocurrirá con la perla bética cada vez que haga un túnel o una filigrana, robe un balón como si fuera un obrero, invente el penúltimo pase o marque un golazo, que también atesora virtudes rematadoras.

El Madrid rejuvenece con figuras de nuevo cuño una plantilla que no es mayor y el Barça, que no encontró relevo ni siquiera aproximado para el insustituible Xavi, tampoco acierta con la fórmula negociadora que garantice la presencia de Iniesta más allá de 2018 ni sus pesquisas, fallidas hasta el momento, le acercan un heredero. Con la plantilla actual el aficionado culé se ha quedado con hambre al ganar sólo la Copa. Apuntalar el proyecto con Messi es importantísimo; mejorar el plantel, trascendental. En este capítulo, el campeón de Liga le lleva una distancia considerable.

Ceballos, 20 años, hubiese sido un buen recambio para Iniesta (33), con tiempo para adaptarse al fútbol azulgrana y para aprender junto al mago de Fuentealbilla, quien, después de todo lo que ha dado y de lo que aún puede aportar, no aparece en el calendario de renovaciones como asunto prioritario. Craso error.