Julián Redondo
Prisioneros
Crece el rumor: «El sorteo del Mundial estuvo amañado». ¡Qué barbaridad! Forma parte de la condición humana rebelarse contra las verdades que duelen, las realidades que incomodan y lo imprevisto. Del Bosque confiaba en no encontrarse con Chile en la fase inicial. Tocó. Ni una queja. Vicente es un señor. Y un profesional. También saltó la bola de Holanda al grupo B, encabezado por España. Lo que es la vida, cúmulo de casualidades que la mitad de la humanidad destierra, incrédula, y la otra mitad admite con reservas. Pues sucede; así, la final de 2010 en Suráfrica se repetirá en 2014 en los albores de la primera fase. Había nueve selecciones europeas que podían caer en el grupo español. Pudo ser Grecia o Bosnia-Herzegovina o Francia... Fue Holanda y Casillas no lo entiende, por eso ha sembrado dudas sobre la limpieza del sorteo. Si realmente sospecha de amaño, que acuda raudo y veloz a comisaría y presente la denuncia correspondiente, más ahora que Blatter es carne de cañón. Iker, esta vez sí, será prisionero de sus palabras porque ha hablado. Quizá lo hizo porque prefería a Italia o a Inglaterra; pero el destino eligió a Holanda que, por cierto, hizo el «ridi» en la Eurocopa, aunque también es verdad que el billete para Brasil lo obtuvo invicta.
Los sorteos son así, algunos manejan las bolas calientes con destreza de mago y otros no se libran de sospecha porque son torpes sacando el papel de la bolita y el resultado molesta a los contendientes. Casillas, como otros muchos, ha resbalado y lo único que tiene que hacer es preocuparse de llegar en la mejor condición posible a Brasil, e imitar al Atlético, que no se descuida ni ante el Sant Andreu. El equipo del Cholo Simeone no hace prisioneros.
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