Restringido

Propuestas mágicas

La Razón
La RazónLa Razón

El debate de los cuatro grandes partidos del lunes arrojó algunas sorpresas económicas muy relevantes que probablemente pasen desapercibidas ante los ciudadanos. Las propuestas de Pablo Iglesias y Podemos, que pasan por un descomunal aumento de los gastos, se encuentran con la evidencia de que son infinanciables. Los propios inspectores de Hacienda tuvieron que emitir un comunicado alertando sobre cifras «imposibles» de recaudación por fraude fiscal. Cuando dicen que «sólo van a subir los impuestos a los ricos», es falso. Ese enorme aumento de gasto se financiaría con mayores impuestos a todos. Sonriendo.

El PSOE y Podemos siguen hablando de derogar la reforma laboral –o todas– sin informar a los ciudadanos de que dicha reforma es parte del acuerdo con la UE y que eliminarla puede ser un desastre, no sólo porque se destruiría empleo de manera intensa, sino porque supondría la ruptura unilateral de dicho acuerdo, el llamado MOU («memorándum of understanding»). Que Pedro Sánchez critique las subidas de impuestos de 2012, llevadas a cabo ante el riesgo de quiebra, y a la vez diga que «bajar impuestos es imposible» y que va a aprobar una batería de nuevas tasas es parte de ese discurso ilógico al que nos ha acostumbrado. El impuesto para pagar pensiones es una de esas propuestas mágicas que no parecen valorar las consecuencias económicas. Las pensiones se pagan con más crecimiento y mejor actividad económica, no con una medida de doble incidencia económica negativa. Afecta a la actividad y reduce competitividad.

Albert Rivera presentó un grupo de medidas que, dentro de una coherencia que no se encuentra en las de los otros partidos de oposición, pecan por falta de concreción. Bajadas de impuestos que esconden grandes subidas del IVA de productos básicos, reducciones de gasto innecesario que incluyen aumentos de partidas que superan en mucho los ahorros mencionados. Da la sensación de que es un plan económico maleable, y que se quede en «correr para quedarse quieto».

Es difícil vender una gestión conservadora. Suena aburrido, casi mecánico, pero ésa fue la labor de Soraya Sáenz de Santamaría. Eso sí, las propuestas de bajadas de impuestos y mejora de la eficiencia deben explicarse más y mejor. Lo peor del debate es que en 2015 aún se puedan prometer cosas imposibles y gastos salvajes. Porque las propuestas mágicas siempre tienen truco. Usted paga la quiebra.