Carlos Rodríguez Braun

Qu-est que c'est

Qu-est que c'est
Qu-est que c'estlarazon

En la portada de «The Economist» puede leerse que Francia es «la bomba en el corazón de Europa». Los progres más allá de los Pirineos desempolvaron la vieja canción de La Trinca sobre el Barón del Bidet y se pusieron todos a cantar, indignados: «Qu'est que c'est ce merdé?». Tuvieron mucha suerte porque, como informó el «Financial Times», las cifras de la economía gala conocidas ayer fueron un poco mejor de lo esperado, y oh là là, había que ver a los socialistas de Hollande, el famoso francés errante (por la cantidad de errores que comete), rasgándose las vestiduras ofendidísimos ante el semanario británico: ¿a quién se le ocurre hablar de los problemas de Francia, cuando cualquier bien nacido es consciente de las muchas reformas estupendas que están haciendo los políticos franceses? Y yo me dije, «mon dieu», son igualitos que «Barbie» y sus amiguitos. «No, monsieur, pas du tout», dirá usted, que cultiva como yo el francés, en el buen sentido de la palabra. Pero veamos qué denunció el «Economist».

Dijo que Francia tiene muchos puntos fuertes pero también muchas debilidades: pierde competitividad frente a Alemania, en especial porque los germanos han contenido los costes y hecho reformas, mientras que los franceses han subido el gasto y la deuda de las administraciones públicas. Además, empeora allí el clima empresarial por el intervencionismo en los mercados de trabajo y de bienes, por los altos impuestos y las onerosas cotizaciones sociales. Las empresas padecen este absurdo progresismo, que ahoga la recuperación y aumenta el desempleo. Concluye la vieja revista londinense: «Las empresas francesas son poco competitivas y el inflado Estado francés está viviendo por encima de sus posibilidades». Le reprocha haber subido los impuestos sobre las personas, las empresas y los capitales. Dirá un francés: pues claro, pero eso no es problema sólo de los socialistas de Hollande, porque Sarkozy hizo lo mismo. Dirá un español: pues claro, pero eso no es problema sólo de los socialistas de «Smiley», porque «Barbie»... Attendez!... ¿Qué ha hecho «Barbie»?