Iñaki Zaragüeta
Rubalcaba cambia de rumbo
Me alegra, por fin, aplaudir al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, por su acuerdo con Mariano Rajoy para formar un frente común ante la Comisión Europea. Da igual las razones que le hayan llevado a romper la dinámica del «no» universal para todo lo que proviniera del Gobierno, lo importante es que ha sucedido. Imagino que le ha renacido el sentido de Estado que mamó en el entorno de Felipe González y, sobre todo, ha percibido la caída libre en la que se encuentra su partido en las encuestas apostando por la política de la izquierda extrema. Se lo he escrito alguna vez en esta periferia «para la copia, mejor el original». O daba un golpe de timón o el suelo podía llegar hasta la desaparición. Mayores torres se han derrumbado. El Partido Comunista Italiano, el Partido Socialista Italiano y la Democracia Cristiana configuraban la imagen más rocosa de la política europea. ¿Dónde están ahora? En la nada. De ahí que coincida con el mensaje del editorial de LA RAZÓN: «Si a alguien favorece este pacto, es al jefe de la oposición» que vuelve a ponerse en la vía de un partido de Gobierno.
Por más que Zapatero hiciera desaparecer aquel Rubalcaba con visión nacional, de Estado, la realidad se ha impuesto y estoy seguro de que el gesto del acuerdo con Rajoy le hará recobrar las posibilidades de alternancia. Y lo que para mí aún es más importante, nos librará a todos de un Gobierno en el que el nacionalismo e izquierda radicales, acompañados de una heterogeneidad de partidos de corte excéntrico, impusieran su ideología y su programa para nuestra desgracia. Mi amigo Rogelio y yo nos tranquilizamos con la existencia de un PSOE sólido, de centro-izquierda, como relevo, el día que lo decidamos los españoles, de otro de centro-derecha. Así es la vida.
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