César Lumbreras
Sabores de antaño
El verano ha entrado en su recta final. Hasta el 15, fiesta de la Virgen, nos parece que todavía queda verano y mes de agosto. Pero justo cuando pasa esa fecha, desde el 16, día en el que se celebra San Roque (ayer en muchos pueblos se festejaba a su perro) nos cambia el «chip» y ya comenzamos a pensar en que el paréntesis de las vacaciones toca a su fin y que el comienzo del curso, desde el político hasta el económico y cultural, pasando por el de la educación, está a la vuelta de la esquina. Y eso a pesar de que todavía quedan casi quince días de este mes. Cosas de la psicología, de la mente y de nuestras expectativas.
Para el que ande todavía de vacaciones y fuera de su lugar habitual de residencia, una recomendación, extensible al que esté en su domicilio habitual: que consuma productos de temporada y de cercanía a la zona en la que se encuentre. Agosto y septiembre son meses en los que están en plena sazón algunas frutas, como el melón, la sandía o los melocotones (dependiendo de las comarcas), y también los tomates, pepinos o pimientos en una gran parte de España. Es, por lo tanto, el momento óptimo para comprarlos, degustarlos y recuperar los sabores que están en nuestra memoria desde la niñez.
Es queja habitual entre los consumidores que los tomates no saben cómo los de antes, algo que se puede hacer extensible a muchos de nuestros productos de la huerta, como los citados anteriormente. Es verdad.
En los últimos años disponemos de casi todas las frutas y hortalizas a lo largo del año, pero hemos perdido mucho, por no decir todo, en sabor. Esta es la gran asignatura pendiente en estos momentos de nuestro sector hortofrutícola. Mientras la aprueban, bueno será volver la vista hacia los productos de temporada, que, insisto, varían en función de la zona de producción y de cercanía, para recuperar, si hay suerte, los sabores de antaño.
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