Irene Villa

Sanando heridas

Hoy se cumplen trece años de los atentados que conmocionaron al mundo y que originaron la llamada «guerra contra el terrorismo». La venganza suma dolor y perpetúa el odio, mientras que la justicia debe conseguir mitigar el mal. Hoy además, Thokozile Masipala, quien juzga el caso de Oscar Pistorius ante una expectación mundial, tendrá que revelar por fin su decisión en el Tribunal Superior de Pretoria. Pistorius, quien asesinó a tiros a su novia, la abogada, actriz y modelo Reeva Steenkamp, se enfrenta a cadena perpetua si es culpable, tras descartar que sufriera algún tipo de enfermedad mental que pudiera haber afectado a su comportamiento durante la trágica madrugada. Fuera ya de los campeonatos y las pruebas deportivas, y abandonado por sus patrocinadores, pasó de ser inspiración y modelo de esfuerzo y superación por haber ganado tantas carreras sobre sus pies de fibra de carbono y ser además el único paralímpico que llegó a participar en unos Juegos Olímpicos, a foco mundial de sed de justicia. Dice que pensó que era un ladrón, pero hay testigos que les escucharon discutir y gritos de mujer que «helaban la sangre». La madre de Reeves, como la llamaba cariñosamente, lamenta no haber estado más cerca de su hija, sabía que tenían fuertes discusiones. Ahora su única esperanza es que la justicia consiga que el crimen y la impunidad disminuyan en su país, y que logre sanar el corazón de una familia, herido de muerte desde el 14 de febrero de 2013. Porque para que sanen las heridas, lo principal es que se haga justicia.