Iñaki Zaragüeta
Se veía venir
No se vislumbraba otra deriva. Desde el comienzo –lo escribí en este mismo gallinero- el trío que se responsabilizó de la gestión del Valencia C.F. me recordó a aquel director de Nacional que, el primer día de su mandato, reunió a la redacción y nos dijo: «ahora vamos a hacer periodismo». Nos miramos, le calificamos y nos dijimos ¿qué pasa? ¿que hasta ahora hemos fabricado lavadoras?
Esa sensación me produjeron Amadeo Salvo, Aurelio Martínez y Blasco (no recuerdo el nombre) cuando en sus primeros días como presidentes del club y de la Fundación Valencia CF, y de jefe de asuntos jurídicos, respectivamente, afirmaron que iban a solucionar el problema deportivo, el económico-bancario y la asistencia financiera desde la Sociedad Deportiva a la Fundación. Sus frases desprendían cierto tono despectivo respecto a la labor realizada por sus predecesores, sin tener en cuenta que en realidad ni podían hacer algo mejor ni iban a revelar novedades que no se hubieran realizado o intentado. Como antes, las cosas han llegado a un punto que la venta aparece como única salida.
Además, con una diferencia sustancial en una Sociedad Anónima. Aquéllos reunían un peso accionarial bastante más potente que éstos y, sobre todo, habían conseguido reducir la deuda en más de 150 millones de euros, ganar la Liga durante tres años quedando terceros ya que el Real Madrid y Barça jugaban la suya y, sólo porque la Generalitat fue considerada avalista, se vinieron los nervios y quedaron descabalgados para entrar en una vía de incertidumbre y de peores resultados en todos los frentes. Pero... Así es la vida.
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