Martín Prieto
Siguen las «embajaditas»
Abordando la reforma del Servicio Exterior aduce el ministro García-Margallo que contamos con una diplomacia de los años setenta. Aquella estaba colmada de falencias por la debilidad de un régimen agónico pero al menos era físicamente localizable. Nuestra actual red de representación externa se ajusta más al siglo XIX, a la personalidad del Embajador o a los pliegos de los salvoconductos. En Buenos Aires los taxistas se confunden entre la Embajada española, la Casa de España, la Casa de Cataluña, el Centro Gallego (todos los españoles para los argentinos somos gallegos y tontos) o el Hospital Español. Y si acudes a hacer negocios la Agregaduría Comercial está a kilómetros de la Delegación y la lleva no un diplomático sino un técnico comercial del Estado que trabaja a su aire. En Río de Janeiro despaché en la playa de Copacabana con un cónsul en bañador y sombrilla a quien servía martinis exactos un mucamo uniformado. No es una crítica, es que no tenía nada que hacer. La reforma de nuestra representación en el extranjero no se atreve con la supresión de las «embajaditas» autonómicas que no son sólo las catalanas y que han proliferado para satisfacer a quienes no puedes despedir. En el mejor de los casos confundimos el «lobby» con la diplomacia profesional o a una pelandusca con una buena agenda de contactos. La «embajadita» tiende a no hablar con la Embajada y a operar a sus espaldas, duplicando y atropellando iniciativas. Estas «embajaditas» tienen por principal función hacer favores burocráticos a los residentes y aferrar su voto por correo en todas las elecciones, a más de recabar de la región y del Estado subvenciones sin cuento y así mantener una manga de turistas accidentales con más lista de gastos que el propio embajador.
Uno de los disparates autonómicos ha consistido en buscar representación fuera colocando el carro delante de los caballos, impidiendo acciones conjuntadas y eficaces. Si el ministro García-Margallo no lo para, acabaremos con diecisiete escuelas diplomáticas.
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