Julián García Candau

Sublime decisión

¿Mourinho está haciendo lo posible para que Florentino Pérez le dé el finiquito o son los jugadores quienes están deseando que se vaya? Existe la razonable sospecha de que son dos caminos que buscan confluir. La solución del problema está en manos del presidente, pero éste se encuentra con las manos atadas. Despedir a Mourinho podría ser considerado un fracaso de su gestión porque optó por él a pesar de que ficharle costó veinte millones de euros que hubo que pagar para que saliera del Inter.

Florentino contrató a Mourinho porque, en teoría, no había otro más capacitado para devolverle al Madrid la gloria que le estaba quitando el Barça. El error partió del hecho de considerar que era el técnico idóneo porque eliminó al equipo barcelonés en Liga de Campeones. Se valoró que lo había derrotado y no el hecho de cómo lo había conseguido. Fue de manera vomitiva. Todo el equipo defendiendo su puerta, incluido Samuel Etoo, como defensa lateral. Aquel equipo milanés que ganó la copa europea no practicaba el fútbol que gusta a los madridistas y ello se ha constatado sobradamente en el Santiago Bernabéu. En tres años, con inversión estratosférica, solamente ha ganado una Liga y una Copa, además de la Supercopa española.

Pírrico balance para los millones invertidos en los futbolistas fichados y despedidos y los constantes conflictos que ha creado con clubes, futbolistas, entrenadores y aficionados de media España. Florentino ya dijo que quien crea tensión no saca provecho de ella. El problema de la despedida está justamente en la fortuna que cuesta.

Posdata. A dieciséis puntos del Barça sobran argumentos.