Marta Robles
Tallas grandes
Cuando yo era niña no había Zara, ni Mango ni ninguna de todas esas maravillosas tiendas de precios asequibles en las que reinventarse. Y menos aún tiendas en las que se pudieran encontrar tallas por encima o por debajo de la media. Ser alto, bajo o distinto era un serio problema. Se vestía mal, decían, porque ni la imaginación servía para escaparse de los uniformes, a menos que se tuviera dinero. Y eran pocos los que lo tenían. Por suerte, con el paso del tiempo y la Democracia todo cambió y empezaron a florecer comercios con distintos precios y posibilidades para cualquiera. Hoy en día todos podemos encontrar lo que necesitamos, nos gusta o consideramos oportuno, entre las tiendas físicas y las on line. Es obvio que no en todas hay tallas para todos, igual que tampoco todas tienen todos los modelos, tejidos o colores. Pero, en general, aunque hay prendas que los diseñadores deciden fabricar solo en algunas tallas, porque en otras piensan que son mucho más difíciles de comercializar, casi todo lo que se ofrece se puede encontrar en algún sitio, aunque a lo mejor, no sea justo el que está debajo de casa. Esto fue lo que dije hace un par de días en Amigas y Conocidas en TVE. Ni insulté, ni le dije a nadie cómo se debía vestir. Por desgracia, me expliqué mal. Mi error fundamental, que ya lamento, fue decir que hay prendas como «un monito muy corto y muy ajustado», que a lo mejor no le favorecen a personas con sobrepeso. Pido disculpas y me desdigo con convicción: entiendo que cada cual debe ponerse lo que quiera y le haga feliz. Solo faltaba.
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