César Lumbreras

Tejerina: ¡cuidado!

La Comisión Europea ha tirado por la calle de en medio y ha adoptado la solución más perjudicial para el sector agrario a la hora de financiar las compensaciones a los afectados por el veto ruso. Podía haber utilizado partidas no agrarias, puesto que se trata de una crisis generada por la política exterior de la Unión Europea, pero no. Podía haberlas financiado con cargo al «excedente» del presupuesto agrario formado por las multas que se imponen a los Estados miembros y por la supertasa láctea, partidas que ascenderán este ejercicio que acaba de comenzar a unos 465 millones de euros, pero no; encima este dinero se va a utilizar para hacer frente a gastos extra agrarios como la crisis del ébola. Durao Barroso y su colegio de Comisarios han optado, en una de sus últimas propuestas, por la tercera posibilidad y las compensaciones se pagarán quitando «pasta» a los beneficiarios de las ayudas directas para abastecer a la reserva de crisis. Dicho de otra manera, los pequeños o medianos cerealistas y oleicultores financiarán el apoyo que se otorgue a los grandes productores y exportadores de frutas y hortalizas, que son los que, en la mayoría de los casos, enviaban sus productos a Rusia. Por este motivo, los responsables del Ministerio de Agricultura , Alimentación y Medio Ambiente tienen la obligación de estar muy vigilantes a la hora de la tramitación y concesión de estas ayudas, para evitar que ese dinero vaya a parar a operadores integrados en alguna organización del sector de frutas y hortalizas, que se mueve por este Departamento como «Pedro por su casa», y que pretenderán sacar tajada de esta crisis, creyendo que el dinero de estas ayudas es un pozo sin fondo.