Ely del Valle
Tiro en el pie
En contra de lo que se podía pensar hace unas semanas, la crisis de Navarra más que perjudicar a UPN, que es quien estaba en entredicho, al que le ha soltado un directo en toda la mandíbula ha sido al PSOE que, sin saber muy bien cómo, se ha encontrado con que el sedal con el que pensaba pescar en aguas revueltas, se le ha enredado en los tobillos.
La crisis interna provocada por la precipitación del PSN a la hora de amagar una moción de censura ha sido una torpeza que podría haberse evitado si alguien hubiera hecho una simple y discreta llamada a Ferraz antes de desplegar las fanfarrias o si ese mismo alguien se hubiera sentado a calcular la factura que podía pasarle al PSOE salir en la fotografía con Bildu a dos meses de las elecciones europeas. Roberto Jiménez, líder de los socialistas navarros, no ha tenido en cuenta ni una cosa ni la otra, y ahora se encuentra con que el movimiento estratégico para descabalgar a Yolanda Barcina es un «boomerang» que amenaza muy seriamente su continuidad al frente del partido: la marcha atrás después de haber lanzado el órdago le retrata como un simple «mandado» y supuestamente le obliga a presentar su dimisión, y el paso al frente, le pese a quien le pese, a quien deja con el culo al aire es a Rubalcaba, que no está para permitir rebeliones internas precisamente. Malo lo uno y malo lo otro. La falta de estrategia política del PSN ha terminado por trasladar el pulso con UPN al seno de su propio partido, que ahora se las ve y se las desea para arreglar un desaguisado que sólo puede terminar con bajas en el bando amigo. Y es que en política, sacar el revólver para terminar pegándose un tiro en el pie se paga carísimo.
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