Julián Redondo
Todos en casa
De vuelta a la Liga, y a la Copa, con un color más propio del verano que del general invierno, Ronaldo regresa pletórico, aunque hay quien adivina problemas en su rodilla derecha. Es capaz de jugar cojo con tal de establecer marcas inconcebibles. Voracidad sin límites, la suya,en un equipo que tampoco se los pone y que empieza el año en Mestalla. El partido es complicado, el anfitrión ha crecido y sueña con objetivos que le estaban vedados. El Barcelona también estrena 2015 lejos del Camp Nou, con los problemas que le preocupaban en 2014. Messi y Neymar, privilegiados entre privilegiados, han llegado con el tiempo justo para viajar a San Sebastián. En el fútbol, como en la vida, siempre ha habido clases y estas dos estrellas son tan celestiales que tardan más que el resto en descender a la tierra. Además, se intensifica el rumor que sitúa a Messi fuera del Barça al final de temporada. El argumento está muy manido: ha satisfecho los problemas con Hacienda por orden del juez; pero no consigue desprenderse de la carga moral porque la Justicia es terca. La renovación de Neymar, pese a que su contrato estaba firmado para largo, no debería ser motivo de queja cuando el suyo fue revisado al alza por enésima vez hace unos meses. Mimitos para Messi sin menospreciar a «Ney». Los demás cumplen el calendario establecido y se acoplan a la voluntad del dúo. En cuanto al Atlético, tercero en discordia mientras no se demuestre lo contrario, con la incorporación de Torres mejora la plantilla, lo cual es obvio, y de paso se esfuerza en cerrar la herida que el 30 de noviembre, por culpa de unos cafres, dejó a la afición dividida. «El Niño» es refuerzo técnico y moral.
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