Francisco Marhuenda

Un año para la esperanza

La sociedad española espera que 2013 sea un año para la esperanza. Es una esperanza tras una larga crisis económica, la peor desde la posguerra, que comenzó en 2008 y ha causado una brutal destrucción de empleo como nadie podía imaginar. Han desaparecido miles de empresas y las administraciones han tenido que emprender un proceso de recorte de gasto público para poder cumplir los objetivos de déficit. Todo ello ha tenido un efecto dominó sobre una economía que se ha instalado en la recesión. Rajoy se ha visto obligado a adoptar medidas muy impopulares para recuperar la credibilidad de nuestro país. No había otra alternativa. Es evidente que a ningún presidente del Gobierno le gusta aplicar recortes. Los ingresos del Estado se han visto reducidos en 70.000 millones en este periodo mientras que ha aumentado el coste de las dos partidas más elevadas: la deuda y las prestaciones por el desempleo.

Durante meses se ha dado por seguro que España pediría el rescate e incluso, con una cierta frivolidad, se animaba a ello sin analizar las consecuencias de una medida tan traumática. En este sentido se ha llegado a afirmar que lo era la ayuda para la banca. La realidad es que concluye el año sin que haya sido necesario y se vislumbra una recuperación de la credibilidad de la economía española gracias a las reformas y los recortes que se han aplicado. La situación sigue siendo mala, porque con casi seis millones de parados decir lo contrario sería una insensatez. Lo importante es que Rajoy tiene una hoja de ruta seria, que es el único camino para salir de la crisis. Los que critican al Gobierno no han sido capaces de ofrecer una alternativa que no sea un ejercicio de voluntarismo bien intencionado. Es evidente que necesitamos que la economía crezca y que los recortes tengan un límite, pero sin financiación exterior de nuestra deuda la economía entraría en un grave colapso. Las medidas de Rajoy han permitido que no acabemos como Grecia. Los españoles esperan que 2013 sea el año en que salgamos de la crisis.