Alfonso Ussía

Un canalla de la red

A los familiares del capitán Daniel Pena Valiño, de la teniente Carmen Ortega Cortés, del teniente Sebastián Ruiz Galván y del sargento Carlos Caramezana Álvarez, todos ellos pertenecientes al Ejército del Aire. Los cuatro, fallecidos en un accidente de helicóptero en Canarias. Y aumento el ámbito de la dedicatoria a todos los familiares de miembros de las Fuerzas Armadas, de la Guardia Civil y de las Fuerzas de Seguridad del Estado caídos en cumplimiento de su deber, de su vocación y de su generosidad en el servicio. «Un helicóptero menos y cuatro salvapatrias pistoleros menos para conquistar Cataluña». Es el mensaje publicado en «Facebook» y «Twitter» por un canalla. Se llama Carles Mañé Marimón. Mofa, humillación y herida. Dice ahora que está arrepentido, pero quien eso escribe no puede ser considerado normal. Lleva tiempo en el empeño del odio. No es sólo una consecuencia de la vileza nacionalista. En este caso, se trata de una desalmada circunstancia individual. «Cuatro salvapatrias pistoleros menos para conquistar Cataluña». Nuestros militares no pierden el tiempo conquistando tierras de España. Además de perversidad, ignorancia. Más allá de la maldad personal, necedad absoluta.

Parece ser que las palabras del canalla de la Red, a instancias del Defensor –en el tiempo que nos ocupa, Defensora– del Pueblo, Soledad Becerril, han sido trasladadas a la Fiscalía. Fallecieron 62 militares españoles en el accidente del Yak-42 en Turquía, de vuelta a casa después de cumplir con su misión en Irak. En una explanada del aeropuerto de Getafe, los 62 ataúdes cubiertos con la Bandera. Escribió el desalmado: «Desfile de las Fuerzas Armadas españolas en el Día de la Hispanidad, antiguamente conocido como el Día de la Raza. Con la crisis no portan tanques, ahora llevan cajas de madera». ETA asesina a dos guardias civiles. Imagen del entierro, con los féretros portados a hombros de sus desconsolados compañeros. «¿Qué van a hacer los picoletos ahora? Cataluña votará aunque a los picoletos se les hinchen los tricornios». Y muchas risas en la ANC, en «Esquerra Republicana» y en las alcantarillas de su entorno. Ahora está preocupado. Llaman a su casa y lo insultan. Se muere de pavor. Asegura que lo escribió «sin mala intención». Ya recibió una contestación del padre de un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado. «Carta abierta a un hijo de puta por santa que sea o fuera su señora madre. Usted, don Carles Mañé Marimón es una malísima persona y por tanto, un hijo de puta superlativo. Por su macabro, repelente y vomitivo ''sentido del humor'' con nuestros muertos. Sí, nuestros muertos». También escribió lo de las cajas de madera y los picoletos «sin mala intención». Pobre incomprendido. Criaturita de Mas, Rahola, Junqueras, Forcadell, Guardiola y compañía. El resultado inhumano del constante envenenamiento de la farsa nacionalista.

Pero este individuo, tan valiente contra los muertos de todos los españoles –incluido él, que si se diera el caso sería defendido por aquellos que mueren por los demás–, está ahora muy preocupado porque tiene «menores en casa y siente miedo por ellos». No se preocupe. Nada les va a suceder. Una cosa es la indignación del momento y la llamada iracunda, y otra muy diferente la acción violenta. Nadie, del entorno de la decencia militar, va a actuar contra los menores. No son cobardes como usted. Usted sí lo haría. Me lo figuro regodeándose con la imagen de los guardias civiles de la Casa Cuartel de Zaragoza llevando en sus brazos los cuerpos sin vida de sus niños asesinados. No, canalla. A usted lo único que le puede suceder es que, al fin, caiga sobre su responsabilidad y su cabeza de huevo el peso de la Justicia. Deleznable cobarde.