Julián Redondo

Un cascabel para «CR7»

A día de hoy, Iker Casillas y Keylor Navas ignoran quién será titular el sábado en Villarreal. Demasiado suspense y absurda incertidumbre; el funámbulo no es infalible y cuando pierde el equilibrio tiene garantizado el gachapazo. A Carlo Ancelotti le salvó la campana del «minuto 93» la temporada pasada, por cabeza y gracia de Sergio Ramos; pero se ha dado más de una costalada y corre el riesgo de hocicar con esto de los porteros, trasunto que en mala hora ha desenterrado. Y no es el único. Moyá era un cancerbero difícil de superar hasta que a Simeone se le ocurrió tirar de Oblak, que extrañó el medio, y a él la defensa, y encajó tres goles propios del desconcierto general por la inoportuna inclusión de un elemento extraño. Un partido después, Moyá se tragó un gol de tacón de Pablo Hernández y la imagen de Courtois se perfiló en el Calderón como si fuera de Bélmez. En el caso del Madrid, el debate en la portería pierde virulencia porque los goles de Cristiano Ronaldo todo lo pueden. Remata con las dos piernas, en carrera y en corto; con la cabeza lanza misiles y dibuja arabescos; su olfato goleador es único, como su ambición. Confiesa que todavía no se encuentra al ciento por ciento, después de firmar nueve dianas en los cuatro partidos de Liga que ha jugado, una docena en ocho encuentros oficiales. Y es capaz de marcar en el minuto 15 y en el 92. Por todo ello, fresco aún en la memoria su viacrucis de final de la pasada campaña, sería aconsejable que se tomara los récords con más calma, y que de cuando en cuando descansara aunque sólo fuera un cuarto de hora, y rotara, como Navas y Casillas... Pero a ver quién le pone el cascabel a Ronaldo. Ancelotti, desde luego, no. Ni siquiera pudo Mourinho.