Pilar Ferrer

Un círculo cerrado

Lo decía un ministro, de los que se mueven por Europa, en los pasillos del Congreso: al próximo Consejo Europeo hay que ir con un círculo cerrado. De poder, consenso y medidas. Así será, consumado el Pacto entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba. Una larga conversación telefónica, siempre en buena sintonía personal pese a divergencias políticas, y una excelente labor diplomática de Soraya Sáenz de Santamaría lo han hecho posible. De manera muy discreta, la vicepresidenta ha hablado con el portavoz de CIU, Josep Antoni Duran Lleida, y con el lendakari vasco, Íñigo Urkullu, lo que facilita que ambos grupos nacionalistas puedan secundar este acuerdo.

España se juega mucho en todos los frentes. Políticas de empleo, impulsos de crédito, medidas de crecimiento a cargo de los fondos, un sinfín de materias para los países del Sur, frente a una Angela Merkel encorsetada en la austeridad, previa a su cita electoral. El presidente del Gobierno y el líder del PSOE entendieron que era el momento de hacer adoquín común, para acudir a Bruselas con un fuerte respaldo parlamentario.

Así lo perciben CIU y PNV, y se espera que lo haga también UPyD, mientras que los grupos de Izquierda Plural, IU y ERC persisten en su estrategia anacrónica de asilamiento. En una tarde de vértigo en la Cámara Baja, los despachos reservados al Gobierno echaban humo. No es hora de fotos, sino de trabajar con seriedad y en silencio. El círculo que importa es de todos, y para todos.