José María Aznar Botella

Un paso atrás

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Bruselas tiene que ser un sitio divertidísimo, está lleno de cachondos. La última broma se la han gastado a los depositantes chipriotas. Primero hablaban de una quita a todos los depósitos, luego sólo a los de más de 100 mil euros e incluso en un momento se habló de pagar con los fondos de pensiones. En Nicosia deben de estar muertos de la risa. El experimento de Chipre es más puñetero que el que se ha hecho en España, pero no tan distinto. El espíritu es el mismo. Se trata de rescatar a algunos acreedores de la banca, fundamentalmente a la gran banca extranjera y al Banco Central Europeo, a costa de los ahorradores y de la legalidad vigente.

No me preocupa tanto el que no se quiera rescatar a los oligarcas rusos y a los evasores de impuestos de medio mundo como la manifiesta inconsistencia a la hora de tratar a ciudadanos de distintos estados de la Unión, así como las diferencias que en España se hacen con acreedores de unas u otras entidades, todas ellas nacionalizadas.

La crisis sistémica del euro abatió el día que se dieron pasos en favor de la irreversibilidad del euro, y volverá el día que éstos no sean creíbles. Conculcar las leyes vigentes en los estados miembros no es un gran paso en la dirección adecuada, pero sospecho que la última genialidad de los líderes de la Unión no será más que una pequeña tormenta en el contexto de la crisis que vivimos.

El proceso de normalización de las condiciones financieras en la zona euro va a continuar, porque si bien la gestión de la crisis chipriota ha supuesto un paso atrás, la verdadera víctima de este experimento va a ser Chipre, donde el corralito tendrá consecuencias devastadoras. ¡Cómo se lo pasan en Bruselas!