Juegos Olímpicos
Vámonos
Como ya ocurriera cuando Madrid optó a ser sede de los Juegos Olímpicos, vamos a volver a hacerlo. Cuando la capital del puzzle intentó albergarlos, Albacete también propuso su sede y subsedes para cada una de las pruebas e incluso se hizo un logo con una navaja que se mostró al mundo desde las piscinas municipales del Paseo de la Cuba. Así que esta vez, tampoco nos vamos a quedar atrás. También vamos a querer ser independientes. Para empezar, tenemos un equipo de fútbol que nos va a comenzar a hacer la campaña con una bandera con dos cuchillos cebolleros cruzados diseñados por Amós Nuñez, orfebre del acero, y que ya nos defendió cuando Europa quiso prohibir hasta las facas en el campo. Nuestro club fue conocido de sobra gracias a nuestra entrada en Primera División, aquel Queso Mecánico imbatible cuyo capitán, Francisco Javier Mármol, el grandioso Catali (véase el juego de palabras por donde ya asoma incipientemente la independencia) advirtió al continente desde el balcón del Ayuntamiento: «Uropa, prepárate». Ni se coscaron de que aquello era una declaración de principios. No tenemos bancos propios, así que no nos podrán amenazar con irse. La industria es nuestra, local, más de aquí que la Bicha de Balazote que hay en el Altozano. Tenemos matanza, perdices en escabeche, ovejas pa aburrir y desde Las Peñas de San Pedro se verá llegar, con tiempo suficiente para reaccionar, a las fuerzas de seguridad represoras. Invitaremos a todos los que tengan una miaja de sangre manchega a que reivindiquen nuestra liberación manifestándose mucho, todos los extranjeros se pondrán de avatar nuestra bandera de los cuchillos, pediremos la reagrupación de los presos albacetenses en La Torrecica, y nuestro himno será aquella fabulosa canción que compuso «Franki Franki y el ritmo provisional» titulada «Soy del llano». Soy del llano, el pijo es mi nación, las montañas y los valles me dan depresión. Iremos a votar a la Caseta de los Jardinillos, aunque habrá urnas también en el Cerrico la Horca y a ver si hay huevos de que entre allí la policía. Como ven, todo está preparado y pensado. Y cuando eso pase estamos seguros de que Rajoy seguirá esperando pacientemente, acariciando un gato con un collar de circonitas, a que nada pase, a que todo llegue, y a que le caiga del cielo la mayoría absoluta.
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