Marta Robles
Veteranos y noveles
Una siempre ha pensado que los grandes grupos deportivos se vuelven invencibles cuando desarrollan todas sus capacidades. Y eso no pasa si no existe generosidad por parte de los veteranos y entusiasmo y decisión por parte de los noveles con casi todo por demostrar. Ese fue siempre el espíritu del Real Madrid, un equipo que presumía de mezclar a sus estrellas con la cantera y de acabar consiguiendo que la propia cantera se convirtiera en estrella. Tal vez en los últimos tiempos esta vocación de trabajar grandes y pequeños codo con codo, se había desvanecido tanto como para que el ex entrenador, Mourinho, se tuviera que lamentar de que «no tenía equipo». Como la llegada de Ancelotti tampoco había deparado los éxitos esperados, la afición madridista andaba bastante cabizbaja, por más que el italiano tratara de convencerla de que el ambiente en la plantilla había sido inmejorable durante la pretemporada. Por suerte, el último encuentro contra el Levante hizo no sólo que se recuperara la esperanza, sino que se pudiera disfrutar, por fin, de la verdadera esencia del Madrid. Llegar casi al final del partido con 2 goles del Levante y 1 del Madrid no hacía presagiar que el nuevo entrenador se decidiría por dos canteranos para solucionar el problema. Pero lo hizo y sacó a Jesé y a Morata. La recompensa no se hizo esperar: el segundo marcó un gol asistido por el primero que, tras el que previamente marcara Sergio Ramos derivó en empate. En el descuento, en el minuto 93, Ronaldo volvió a ser la estrella que salvara al equipo... Pero no podría haberlo hecho si antes los canteranos no hubieran anotado su gol.
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