Conflicto IsraelPalestina
Vientos de guerra
Es posible que el Papa Francisco haya acertado en su mensaje de Navidad tanto en el diagnóstico como en la solución, pero sus palabras no dejan de ser desgarradoras y preocupantes. La humanidad se enfrenta a importantes peligros y, además, los retos que debe afrontar no encuentran una fácil solución. El enfrentamiento de Corea del Norte, principalmente con Estados Unidos, se mueve todavía en el terrero de la escalada verbal y de la imposición de sanciones por parte de Naciones Unidas, pero, infortunadamente, no podemos descartar plenamente un conflicto de mayor envergadura. Es una situación que pone en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y no parece que quienes tienen la responsabilidad de resolverla, por medios pacíficos, estén dispuestos a ello. Se necesita más que nunca una firme voluntad política y, sobre todo, se trata de evitar que la sociedad internacional se vea inmersa en una grave situación de conflicto. Pero, también, la decisión de establecer embajadas en Jerusalén, reconociéndola como capital de Israel, ha complicado mucho las relaciones internacionales. La situación en Palestina hace muchos años que no encuentra ningún tipo de solución e, incluso, se está produciendo una mayor distancia entre las posiciones de las partes. El establecimiento definitivo de un Estado palestino es imprescindible y también la negociación y adopción de un acuerdo de paz que dé estabilidad y seguridad a la zona. Se deben derrochar múltiples esfuerzos para impedir cualquier expresión de conflicto bélico. La paz sigue estando en el centro de las preocupaciones de la humanidad y no podremos asegurar un modelo apropiado de desarrollo mientras permanezcan este tipo de amenazas. El mensaje de Navidad no son meras palabras, sino, en realidad, un descarnado análisis de lo que está sucediendo. No sabemos si el futuro es más incierto que nunca, pero sí que la sociedad internacional debe ser capaz de organizarse de tal modo que los enfrentamientos encuentren soluciones satisfactorias para todos. Lo primero debe ser lograr la paz y buscar las fórmulas para que la humanidad habite en una sociedad justa y con desarrollo.
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