Cástor Díaz Barrado

Visita económica

Nos interesan mucho las relaciones con los Estados Unidos y que estas relaciones no sufran sobresaltos en función de uno u otro acontecimiento internacional. Para España es una prioridad mantener un marco estable de cooperación con este estado e ir profundizando, paulatinamente, en los sectores en los que se hace efectiva nuestra cooperación, al tiempo que corresponde abrir nuevas perspectivas de cooperación. Las posiciones ideológicas no deben marcar el contenido de estas relaciones y lo único que debemos saber es que, en el respeto de la autonomía de decisión de cada Estado, España y los Estados Unidos deben constituir una alianza permanente. La visita del presidente del Gobierno español a Estados Unidos debe situarse en esta dirección y lograr que España comience a verse en la diplomacia norteamericana con mayor intensidad y, sobre todo, que se busque la coincidencia de intereses para ambas partes. España no debe ser un país europeo más en la visión de los políticos norteamericanos, sino que, por el contrario, se ha de tener la convicción de que interesa a la política de los Estados Unidos de manera preferente. Pero no se trata de que España sea tan sólo un aliado en los temas de seguridad internacional, con el establecimiento de bases militares norteamericanas en nuestro territorio y una leal colaboración en cuestiones militares. La cooperación económica debe pasar a un primer plano en las relaciones mutuas y, precisamente, éste es el contenido que el presidente español parece querer dar a su visita a los Estados Unidos. La delegación española es nutrida en empresarios y los actos programados y realizados nos indican que la economía es lo sustancial. Conseguir que España sea una prioridad económica para los estadounidenses ha de ser nuestro objetivo así como favorecer que las empresas españolas encuentren una mayor acogida en el mercado norteamericano. Ello supone abrir las relaciones económicas no sólo con Estados Unidos, sino también con México y Canadá, cuyas economías están muy vinculadas a la de Estados Unidos y que comparten un espacio de libre comercio. La política exterior española en relación con los Estados Unidos debe centrarse, por lo tanto, en los aspectos económicos mediante acciones que favorezcan la defensa de los intereses españoles y, al mismo tiempo, debemos impulsar, en el seno de la Unión Europea, el acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. Una alianza estable y permanente con los Estados Unidos nos dará una posición más sólida en la defensa de los intereses iberoamericanos en América Latina y, también, asentará los esfuerzos de España por afirmar su protagonismo en la Unión Europea.