Y es español...

Ha caído en casa, y es de agradecer. Pedro Alonso, un científico español, ha sido nombrado director del Programa Mundial de la Malaria, después de muchos años de trabajo y de logros. Eso quiere decir que no estamos haciendo tan mal las cosas, como algunos insisten en repetir una y otra vez, y que si se ayuda y se fomenta todo será más productivo y beneficioso para la mayoría.

No se trata de besar banderas ni escudos ni camisetas, sino de reconocer que en España hay talento, hay preparación, hay profesionales muy competentes y hay motivos y hasta obligación de seguir invirtiendo tanto en ciencia, como en educación, en sanidad y en muchas otras facetas, todas positivas por un motivo u otro. Es de agradecer que aunque sea por una vez y sin que sirva de precedente –aunque esperemos que sí que sirva y se repita muchas más veces– no se trate de un futbolista, ni de un tenista ni de un piloto de coches, sino de un científico, de alguien cuyo trabajo puede cambiar la historia y la vida de muchas personas y, sin exagerar, de gran parte de la humanidad. Y no quiero decir que un deportista no lo haga, porque también lo hace, de otra manera, pero lo consigue y no es ni mucho menos excluyente. Pero convendría que de todas las horas de atención mediática y social que dedicamos a un ídolo deportivo, brindáramos un poco de atención a personas y profesionales que son auténticos líderes en su campo y cuyo trabajo sirve para salvar vidas y mejorarlas. Reconocerlos es casi una obligación. No creo que sea mucho pedir.