Irene Villa

¡Y se pudo!

Hoy quiero dar la enhorabuena a un equipo que nació, entre otros objetivos, para divulgar y promocionar la práctica del esquí alpino adaptado entre personas con discapacidad, apoyar la progresión de nuevas promesas y conseguir incrementar el nivel de los corredores españoles, porque acaba de volver de los Campeonatos de España cargado de medallas. Se trata del Equipo de Esquí Adaptado de la Fundación También, cuyas metas parecían inalcanzables cuando en 2007 nacía amadrinado por Blanca Fernández Ochoa. Enhorabuena por su trabajo y compromiso y, especialmente, por el arrojo, disciplina y valentía de sus corredoras. Después de muchas carreras, algunos errores, sinsabores y hasta graves caídas, los nervios del portillón van aminorando, pero el camino no ha dejado de ser duro. La clave ha sido siempre la autodisciplina y la preparación, como para lograr cualquier meta que nos proponemos en la vida, son muchas horas de entrenamiento las que se necesitan para llegar hasta aquí. Ha sido clave desafiar los errores, para que pudieran llegar después los éxitos, porque lo que duele y cuesta es lo que verdaderamente enseña, instruye y trae progreso. Como trato de transmitir siempre a jóvenes, deportistas, trabajadores, equipos... las oportunidades vienen tras adversidades e incluso derrotas temporales, en las que la paciencia juega un importante papel. Sobre todo cuando sabes que el malestar y desencanto de la derrota, tarde o temprano finaliza, mientras que la recompensa de la victoria queda para siempre. Las sesiones de entrenamiento emocional son vitales, pero no sólo en este equipo, sino en cualquiera que decida saber que se puede.