Violencia de género

#YoSoyJuanaRivas

La Razón
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Hola, me llamo María José Navarro y no necesito que me pixelen los ojos. Mi madre fue Juana Rivas y no me importa que se sepa. A ella sí le importa porque creo que aún tiene ese pudor por el que pasan las mujeres que sufren ese calvario y le voy a pedir perdón por opinar en primera persona pero creo que hay que dar un paso al frente. Hay que salir, exponerse, contar. Yo entiendo perfectamente a Juana, y entiendo perfectamente a toda esa gente que, como yo, creemos que hay que cumplir con la ley y que no hay que saltársela y que es muy peligroso hacerlo y que estamos sentando un precedente muy peligroso. Incluso escucho a un amigo muy querido y al que admiro en lo más profundo que se llama Emilio Cortés, catedrático de Derecho Penal, que no se cansa de decir que «un mal marido puede ser un buen padre». El mío no fue ni lo uno ni lo otro. Más bien fue un demonio que se cruzó en la vida de mi madre y me la cruzó a mí. Entiendo a los que ahora, sin haber pasado por eso jamás en sus vidas, creen que es imprescindible que se cumpla lo que ha dicho un juez. Incluso puedo comprender a esos que, sin mirar las cifras oficiales del Ministerio de Asuntos Sociales, apelan a ese mantra que se ha hecho fuerte a base de repetirlo: «Es que hay muchas denuncias falsas». ¿Muchas? ¿Cuántas? ¿En qué porcentaje por encima de las reales? ¿Cuántas veces nos tenemos que justificar las mujeres que hemos pasado por eso? ¿Es necesario todo el rato contar nuestras experiencias más crueles para que la gente sepa qué coño es este infierno? ¿Es obligatorio, en esta sociedad, tener que abrirte en canal para que dejen de mentir, de usar la corrección política para que no se enfaden determinados estamentos? ¿Qué más tenemos que hacer? ¿Qué más tienen que hacer nuestras madres? ¿Por qué otras secuelas tenemos que pasar los hijos de esas madres? Luego vendrán los de siempre a aconsejar a esas mismas madres a que denuncien y echarán en nuestras espaldas la responsabilidad de que esto acabe. ¿Saben lo que les digo? Váyanse a la mierda. Yo soy Juana Rivas. Juana está en mi casa.