Al portador

Confusión, precios, mosca y el Gran Capitán Escrivá

Las previsiones del ministro, que encaja con escasa deportividad las críticas, han sido consideradas por varios economistas de «Carta a los Reyes Magos»

Henry Miller (1891-1980), el autor –procaz en su día– de «Trópico de Cáncer» y «Trópico de Capricornio», explicaba que «confusión es una palabra que hemos inventado para un orden que todavía no se entiende». Ahora, en España la confusión política, y también la novedad de la mayoría de edad de la princesa de Asturias, incluido su debut en los actos del día de Fiesta Nacional, ocultan el bosque de la situación económica, un bosque, por otra parte, en el que tampoco todo es idílico, como intenta transmitir el Gobierno en funciones. En septiembre, la inflación repuntó nueve décimas y ya está otra vez en el 3,5%, sobre todo por las subidas de precios carburantes y electricidad, y con tendencia al alza, con la incógnita de cómo se resolverá y cómo afectará la crisis desatada por los terroristas de Hamás. El Gobierno presume de que la inflación española es de las menores de la zona euro. Es cierto, pero no impide que sea alta y, además, todas las previsiones apuntan a que en los próximos meses el diferencial favorable se reducirá e incluso podría invertirse. Por otra parte, una inflación del 3,5%, con una subyacente del 5,8, no es algo para celebrar. Conviene recordar la palabras de Paul Volcker (1927-2019), el presidente de la Reserva Federal, aficionado a la pesca con mosca, que doblegó la inflación americana de dos dígitos a principios de los años 80 del siglo XX: «Una inflación del 2% cada año significa que una década después los precios serán un 25% más altos y que se duplicaran con cada generación. Eso no es estabilidad». Y todo se complica, de forma exponencial, si la inflación no es del 2% sino más cercana al 4%.

José Luis Escrivá, ministro de la Seguridad Social, también en medio de la confusión, ha elaborado las denominadas «Proyecciones del gasto público en pensiones», para el periodo 2023-2050, «¡largo me lo fiais!», diría el Tenorio. Las previsiones del ministro, que encaja con escasa deportividad las críticas, han sido consideradas por varios economistas de «Carta a los Reyes Magos», aunque quizá sería más exacto llamarlas las «cuentas del Gran Capitán Escrivá», por lo que pueden tener de estrambóticas. El ministro, por ejemplo, prevé hasta 2050 una subida media del anual del 1,8%, del 1,5% de la productividad y una tasa de paro del 5,5%. Juan Ramón Rallo recordaba que en los últimos 20 años, el PIB ha crecido el 1,4 y la productividad el 0,8% anual. ¡Inaudito! Y es que Escrivá describe un mundo feliz al que también habría que poner un nombre porque no se entiende, como diría Henry Miller.