Opinión

Curas, comunistas y aliades

Ningún Hombre está a la altura de la ejemplaridad que requiere el verdadero celibato, el verdadero desapego material ni, por supuesto, el verdadero feminismo.

¿Y qué tienen en común?

Verán, hay un hecho indiscutible que los une y satiriza, y es su condición de humanos, donde, fuera de lo emocional, no se puede tomar una en serio el virtuosismo de ninguno de los tres, porque, ningún Hombre está a la altura de la ejemplaridad que requiere el verdadero celibato, el verdadero desapego material ni, por supuesto, el verdadero feminismo.

Y para qué citar los desastres que se han generado a expensas de arrastrar títulos tan forzados. Ahí tenemos la historia y la hemeroteca: ¡Detrás de la superioridad moral siempre se esconde lo peor!. Y no lo digo yo, esto me lo dijo mi ex marido que, como psiquiatra, es muy bueno.

Y para muestra, el caso de Manuel Burque al que quizá conozcan por su pedante y cursi programa de variedades zurdas “Buenismo bien” _sobre el que vuelan rumores de cancelación_ y que dirige junto a Quique Peinado, algo menos inaguantable y la encantadora y disparatada estrella del feminismo choni Henar Alvarez.

Si llegan a cancelarlo, lo sentiré sobre todo por ella, que es divertidísima, no exenta de superioridad moral también, aunque menos, o llevada con más gracejo. Ay…Al final, el humor es lo único que nos separa y nos protege del patetismo. ¡La verdadera democracia!

Algo a lo que no se puede agarrar hoy el petulante y repipi aliade Manuel Burque, atrapado en la pegajosa telaraña (la del totalitarismo puritano) que él lleva varios años ayudando a tejer en España. Me pregunto qué hará ahora, ¿se rapará y se pondrá a escuchar “Un tío Blanco Hetero”? ¿Inocente Duque? Me encantaría hablar con él.

En efecto, Burque, como otros virtuosos, se ha visto atropellado por la artefactada campaña fundamentalista #Seacabó donde han construido una víctima de plastilina (que sí es una víctima, pero no de un beso, sino del régimen) y parece que otras tontas en la búsqueda desesperada de identidad también se quieren agarrar a la rueda del “casito”.

Como digo, este espurio #metoo español está decapitando a varios personajes del panorama mediático socialista y progre, no solo a Rubiales, como por ejemplo a los periodistas Peio H. Riaño y Santi Nolla, despedidos y defenestrados.

Ah…¡los aliades! aborígenes de nuestros tiempos oscuros, estos desdichados que se comen las migajas que les caen a sus novias zamponas de la boca, estos pobres diablos, esconden el peor de los tumores del heteropatriarcado: el paternalismo, para empezar, seguido de otros tantos…

En el caso de Burque, una trabajadora asegura en un hilo melodramático de reproches en redes que el cómico y guionista ejercía abuso de poder para tener relaciones sexuales con chicas más jóvenes que él… Básicamente cuenta la historia (de la vida misma) de un polvo ramplón donde uno se desinfla y al día siguiente pasa del otro después de haberle tostado las orejas con galanteos, un clásico ¿un delito? Tú sabrás Burque, hasta ahora, miembro activísimo del tribunal de la Inquisición…

Para los que no me conocen: no tengo nada en contra del feminismo, construyo en mis hijos conductas y morales feministas, que es lo que somos todas las personas moderadamente formadas y maduras afectivamente, hombres o mujeres.

Les diré más, Jesucristo fue el primer gran feminista, un agitador y un brillantísimo reformista que desafió todos y cada uno de los preceptos patriarcales con un mensaje genial, jamás antes escuchado (ni sospechado): el de la igualdad y el del amor hacia todos los demás sin importar el sexo, la raza o la condición.

No me quiero extender… Mediten, todos los pretenciosos y severos, esos que armados con garrotes, piedras y antorchas aguardan babeantes cada nuevo linchamiento….¿Veremos las pelirrojas barbas de Burque cortar? Vayan poniendo las suyas en remojo.

Yo le deseo mucha suerte, consuelo y compasión por parte de sus congéneres y que siga trabajando en su Buenismo, cuyo único interés ya les digo que se encuentra en la persona de Henar Álvarez a la que pueden escuchar e incluso ver en su podcast, Dos Rubias muy legales: un espacio cani-feminista (junto a Moderna de Pueblo) que no me pierdo porque pese a estar impregnado de las alucinaciones conspiranoicas propias de feminismos de la corriente de la ultra victimización y el hembrismo, tiene momentos absolutamente lúcidos e incluso lúdicos.