Cuartel emocional
Debajo de nuestros pies
Javier Milei está siendo alabado por prestigiosos periódicos económicos internacionales como el Financial Times o el Wall Street Journal
Dicen que debajo del asfalto de Nueva York, además de ratas o zarigüeyas, hay también cocodrilos. Bueno, no me extraña, porque bajo de nuestros pies puede haber cualquier cosa. Dicen que en el subsuelo de Madrid te puedes encontrar joyas, un obús de la guerra civil sin explotar, esqueletos y los más variados animales e insectos. Quizá muchos no sabemos que las aguas sucias que salen de nuestros retretes luego se reconvierten en aguas limpias útiles para el riego y un sinfín de cosas. Además de todo esto, en nuestra capital gozamos de un acuífero milenario de una profundidad de tres mil metros que nos permite afirmar sin temor a equivocarnos que tenemos una ciudad sobre el agua, lo que hoy día es un bien muy escaso que está haciendo padecer a otras zonas de España, como Andalucía o Cataluña. La primera, Andalucía, recibe ayuda de regiones cercanas; a la segunda no le queda más remedio que aceptarlas –las ayudas- porque están secos. Y digo bien aceptarlas porque lo hacen con cara de asco a quienes enviarán agua por vía marítima ya que saben muy bien que, a la inversa, ellos no lo harían. Cataluña no soltaría ni gota porque los nacionalistas padecen una patología que va desde el complejo al egoísmo, pero es igual. Son ellos los que están ahora en inferioridad de condiciones y no es cuestión de hacer ascos a los húmedos socorros que van a recibir de Valencia, gobernada por el PP. Esto sí que es una buena bofetada. Ayuso se regodea en ello, en la abundancia nuestra de agua y en la manita que desde un gobierno de su partido tienen que echar a quienes nos quieren desestabilizar en la unidad del país, en las instituciones y apoyando un gobierno de la Nación que se quiere cargar al empresariado; también los principios básicos de la convivencia y el orden, la independencia de la justicia convirtiendo en legal lo que es inconstitucional y manejando la mentira como forma cotidiana de hacer política.
Y, mira tú por dónde, el vilipendiado presidente de Argentina Javier Milei está siendo alabado por prestigiosos periódicos económicos internacionales como el Financial Times o el Wall Street Journal pese a las huelgas y manifestaciones que está padeciendo en el mismo Buenos Aires, pero es que estuvo sembrado en su discurso del foro de Davos frente al bolivarianismo que defendió el tal Sánchez. Creo que han cundido las mofas del color azulina con que se trajeaba y ahora se ha pasado al gris marengo, más discreto, más de luto también, de acuerdo con la ausencia de sonrisa, que se le ha borrado por fin del rostro. No, ya no tenemos que preguntarnos de qué se ríen él, la Montero o la Alegría pese a su apellido, y disculpen el chiste malo, porque las cosas no van tan prósperas como imaginaban. Con la Eurocámara no se juega, y están a investigando a Puigdemont –el flotador salvavidas del actual gobierno-, sospechoso de terrorismo y alta traición por las presuntas conexiones con Putin. Vamos a ver en qué acaba todo, porque quien ríe el último, ríe mejor, a propósito de las risas que escribíamos más arriba.
CODA. 1) El pobre Biden sigue dando muestras de su senilidad. Es muy cruel mantenerlo en la Casa Blanca. Me imagino el sufrimiento de su mujer y de sí mismo con sus equivocaciones y sus traspiés. 2) Dicen que han visto al Rey con su consorte bailando bachata en un local de Malasaña. Vamos a suponer que es un chisme sin más. Sería muy duro que fuera cierto…
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