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El día que Sánchez y el PSC resucitaron a los «indepes»
En el PSOE celebran haber logrado un pacto de legislatura, pero Puigdemont habla del «partido a partido», sin olvidar, ¿cuántas veces ha cambiado de opinión Sánchez?
Alexis de Tocqueville (1805-1859), el autor de «La democracia en América», fue muy prolífico y entre su obra destacan también sus «Cartas». En una de enero de 1833, afirmaba que «los políticos se ciñen cada vez más a sus intereses individuales y lo único que les interesa es mantener el poder». No sería fácil encontrar un comentario más preciso sobre el pacto suscrito, por poderes, entre Santos Cerdán y Jordi Turull, en nombre del PSOE y de Junts, en realidad, de Pedro Sánchez y de Carles Puigdemont. El presidente en funciones y el prófugo –pronto dejará de serlo– de Waterloo son los principales beneficiarios «individuales» de un acuerdo insólito en una democracia liberal que, si se cumple lo pactado –tampoco está claro y no es fácil que ocurra–, puede despeñarse por la pendiente iliberal, lo que no impide que transite al mismo tiempo, fruto de los pactos con Yolanda Díaz, por una senda europeronista.
Los «indepes» de ERC y Junts cosecharon el 23-J el peor resultado electoral desde 2017, cuando consumaron una declaración de independencia que Puigdemont considera legítima según el texto rubricado por Turull y Cerdán. El 23-J, los socialistas catalanes del PSC fueron la primera fuerza política en Cataluña, tras recuperar buena parte de los votos que huyeron a Ciudadanos tras la complacencia con los «pseudoindepes» de José Montilla que devino, más tarde, en los peores resultados de su partido. Los «indepes» se quedaron sin resuello electoral el 23-J, pero una carambola demoscópica los hacía imprescindibles para que Sánchez siguiera en la Moncloa. El líder del PSOE, tras el fiasco –fue eso– del PP, podía haber optado por nuevas elecciones. Es probable que hubiera derrotado a Feijóo y obtenido un resultado para gobernar con más comodidad. Siempre osado, no se atrevió porque era un riesgo. Prefirió resucitar a los «indepes» tras una larga comedia y un acuerdo en el que –salvo la amnistía– hay mucho de «veremos» y precedentes abundantes de no cumplir lo firmado. Entre paréntesis, lo del «lawfare», el verificador internacional y el traspaso del 100% de impuestos a Cataluña, tiene poco de progresista y menos de izquierdas, al margen de otros dislates. Lo del PNV estaba más claro, consistía en añadir otra guinda, como la gestión de la Seguridad Social, a una semi-indepedencia de facto. En el PSOE celebran haber logrado un pacto de legislatura, pero Puigdemont habla del «partido a partido», sin olvidar, ¿cuántas veces ha cambiado de opinión Sánchez?, siempre, claro, por sus «intereses», como escribió Tocqueville.
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