Francia

Calais, un problema que siempre vuelve

La Razón
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El Gobierno francés ha decidido desmantelar el campamento de inmigrantes irregulares establecido en Calais y repartir a sus seis mil ocupantes en centros de acogimiento repartidos por todo el territorio. Desde el establecimiento de la llamada «zona Schengen», Calais, al pie del túnel ferroviario que enlaza Inglaterra con el continente bajo el Canal de La Mancha, actúa periódicamente como «cul de sac» de aquellos inmigrantes extracomunitarios que tienen como objetivo laboral Reino Unido y que difícilmente aceptan cambiar de destino. La situación actual no es, por lo tanto, nueva y, con toda seguridad, volverá a repetirse. La novedad, y el problema añadido, estriba en el elevado número de irregulares reunidos en los campamentos de la zona, que han aprovechado la crisis de los refugiados para tratar de atravesar el canal. Desbordado por un flujo migratorio sin precedentes –más de dos millones de peticionarios de asilo y de inmigrantes económicos han llegado a Europa entre 2015 y 2016 y otros tres millones aguardan a sus puertas–, el Gobierno francés ha reaccionado tarde y mal. A escasos meses de las elecciones presidenciales, una política de dispersión como la que se ha adoptado, que provoca el rechazo de los municipios convertidos en forzados anfitriones, dará alas al partido de Le Pen.