Castigo injusto para Margarita Robles

Margarita Robles ha perdido su condición de magistrada del Tribunal Supremo lo que, a efectos prácticos, significa que se ha quedado sin la plaza que ostentaba en la Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal. La decisión de apartar a la actual candidata socialista ha sido tomada por la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial tras una reñida votación que, cuando menos, revela la amplia disparidad de criterio entre sus miembros. De hecho, ha pesado el voto de Carlos Lesmes, presidente del CGPJ y del Supremo, cuya gestión, no es posible ocultarlo, ha sido objeto de numerosas y razonadas críticas por parte de la magistrada tan celosamente castigada. En cualquier caso, y aunque Robles está en su derecho de acusar a Lesmes de actuar por cuestiones personales, se trata de una decisión innecesariamente apresurada, que supone una discriminación evidente con el resto de los jueces y magistrados que solicitan la excedencia para presentarse a unas elecciones y que, además, implica un conflicto con la Ley Orgánica de Régimen Electoral que no ha sido aún resuelto por el legislador. Demasiadas prisas para un hecho manifiestamente injusto que comporta una interpretación que vulnera el principio de igualdad y es una inaceptable discriminación.