Cataluña

CDC niega la crisis interna, pero existe

La Razón
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Artur Mas no acaba de encontrar la fórmula para ser reelegido presidente de la Generalitat. No es fácil, aunque la degradación moral que está viviendo la política en Cataluña podría permitir una alianza entre un partido nacionalista y de centro derecha (CDC) y otro independentista y anticapitalista confeso (CUP). El acuerdo es difícil porque estos últimos tendrían que tragar con la corrupción convergente y los de Mas ser apoyados por un grupo que asusta al votante tradicional de CDC. Pero la crisis se ha abierto dentro del propio Gobierno de la Generalitat: varios consejeros han manifestado abiertamente su rechazo a la declaración de independencia impuesta por la CUP y firmada con Junts pel Sí. Hasta hace poco, las crisis de Convergència tenían que ver con Unió, su socio histórico, pero las investigaciones sobre el «caso 3%» ha abierto la espita de la disidencia. Aún quedan políticos en CDC tan moderados como discretos y silenciosos que creen que Cataluña vive un desgobierno nunca visto antes. Para todos, Mas es ya un estorbo, pero no saben cómo acabar con él. La única solución para salvar su reelección es que ERC, quien, por interposición, consiga los votos de la CUP. Cuanto más tarden, más se hunde la figura de Mas. Sólo cabe cambiar de candidato o adelantar las elecciones.