Cinco objetivos inaplazables en Cataluña

El presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy, planteó ayer cinco objetivos para Cataluña que no pueden ser más razonables y que cumplen exactamente con lo que siempre ha mantenido el jefe del Ejecutivo desde que estalló el proceso separatista. Rajoy, que asistió ayer en Barcelona a la clausura del XIV congreso autonómico del PPC, donde Xavier García Albiol fue proclamado presidente del partido, enunció unos principios de actuación –mantener la unidad de España, garantizar el cumplimiento de la ley, recuperar las instituciones para que sirvan a todos los catalanes, restaurar la cohesión interna social e instaurar un nuevo espíritu de concordia– que representan el mejor camino para devolver a Cataluña a la normalidad institucional y social, gravemente alterada por un Gobierno de la Generalitat que parece dispuesto a situarse claramente fuera de la ley. Pero la situación imposible a la que los independentista han llevado a los catalanes ni es irreversible ni debe darse por consumada. La trampa tendida por los separatistas, que han hecho creer a una parte de la ciudadanía de Cataluña de que la independencia es el remedio mágico a todos los males, está comenzando a revelarse en toda su iniquidad, en cuanto se ha puesto a prueba la solidez de nuestro Estado de Derecho y de sus instituciones democráticas.