«Juego de tronos» entre Garzón e Iglesias

Pablo Iglesias –reconocido seguidor del folletín televisivo de moda– y Alberto Garzón, más circunspecto sobre sus gustos, libran la clásica batalla por ocupar los mejores puestos de salida en las listas electorales. El líder de Izquierda Unida cree que su coalición con Podemos no vale menos de 12 «tronos» en el Congreso, mientras que la formación morada considera que se podría ceder a los viejos comunistas 9 «tronos» en la Carrera de San Jerónimo y una propinilla de 5 en el Senado. Garzón sabe que Iglesias necesita perentoriamente el pacto para su «sorpasso» al PSOE, y, por eso presiona. Cuenta, además, con una baza inesperada: el último CIS le auguraba una subida en las expectativas de voto y la posibilidad de formar grupo parlamentario. Izquierda Unida, viene a decir, no está muerta aún y puede exigir un mayor precio. De momento, Garzón ha decidido que volverá a consultar con sus bases las condiciones del acuerdo. Parece que, al final, los adalides de la «nueva política», los que venían a asaltar el cielo, están más preocupados por los tronos en juego que por cuestiones tan poco glamurosas como el paro, la cuantía de una hipotética renta mínima vital y su financiación, la prima de riesgo, el impulso de las exportaciones o los refugiados. De nada de esto se habla entre los futuros coaligados.