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La pista de París: Que no queden cabos sueltos

La Razón
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El Gobierno francés abrió ayer una inquietante línea de investigación sobre los atentados de Barcelona y Cambrils. El ministro del Interior galo, Gérard Collomb, confirmó que los terroristas de Cataluña realizaron un viaje «extremadamente rápido» a París menos de una semana antes de los ataques sobre el que se está indagando, al tiempo que ratificó que los servicios secretos del país vecino no tenían controlados a los miembros de la célula de Alcanar. París no es una plaza más, sino una gran urbe con focos islamistas enraizados que han dado sobradas y trágicas muestras de su peligrosidad. Por tanto, la presencia de dos de los terroristas de Cataluña, uno de ellos el autor material del atropello de Las Ramblas, puede indicar la posibilidad de ramificaciones o contactos del grupo en la capital francesa. Esa presencia obligará a revisar cómo esos movimientos pasaron también inadvertidos más allá de nuestras fronteras y habrá que verificar por qué las alertas no saltaron en esta ocasión. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, tiene hoy la oportunidad en París de poner en común con su homólogo galo los análisis sobre la preocupante presencia de los yihadistas de Cataluña en la capital gala. Es un hilo no menor del que tirar en la investigación. Los expertos –y ambos países tienen muchos y buenos– saben mejor que nadie que dejar un cabo suelto ante una amenaza de esta magnitud es temerario. El objetivo debe ser siempre llegar hasta el fondo de la trama criminal. No servirá, claro, para paliar el pasado, pero sí puede ayudar a evitar nuevos atentados en el futuro.