Lección de Carmena a la democracia americana

Ayer fue un día de silencios y medias verdades en el Ayuntamiento de Madrid. La alcaldesa, como nos tiene acostumbrados, decidió dar una de sus «lecciones cívicas». La cosa, sin embargo, no se refería a la limpieza de la ciudad, al neourbanismo en vías principales o a las fiestas religiosas con eco infantil. Ayer, Manuela Carmena tenía un día más internacional. Arremetió contra la «vulneración de derechos» del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por sus últimas medidas aprobadas. Un «ataque» por parte de un Gobierno legítimamente elegido, igual que ocurrió con la llegada de Adolf Hitler al poder en la Alemania de los años 30. «Sabemos que es un gobierno legítimamente nombrado y apoyado por un número importante de ciudadanos, pero en el siglo XX vivimos las mayores vulneraciones de derechos humanos por un gobierno que también fue inicialmente apoyado por esos incondicionales». «El silencio es a veces culpable», defendió. Debía referirse al suyo, cuando calla toda referencia a las dictaduras comunistas que asolaron no sólo Europa. Ayer sin duda habría sido una buena ocasión de hacer autocrítica, por ella y por su partido. Para lamentar silencios pasados. Respecto a las libertades en Estados Unidos, Carmena puede estar tranquila. A la vista está la respuesta de la Justicia estadounidense ante Trump. Norteamérica no necesita que Carmena y Ahora Madrid les auxilien. Menos mal.