Gobierno de España

Los españoles no se creen a Sánchez

La Razón
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Que la mayoría de los españoles no quería que se repitieran las elecciones lo confirma la encuesta de «NC Report», que hoy publica LA RAZÓN, y que, también, nos dice que las excusas aducidas por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, no acaban de calar en la opinión pública. Es más, a la pregunta de si los partidos deberían de cambiar de candidato ante la incapacidad demostrada de llegar a un acuerdo, responde afirmativamente el 70,1 por ciento de quienes se declaran votantes socialistas. No sólo es el segundo porcentaje más alto de entre todos los consultados, tras el de los simpatizantes de Podemos –el 84,2 por ciento de los cuales pide un cambio de candidato–, sino que demuestra el descontento general que embarga a la izquierda por las fallidas negociaciones. Asimismo, el sondeo señala mayoritariamente al PSOE como responsable de que tengamos que volver a votar –así opina el 43,9 por ciento de los encuestados–, acusación que se convierte en abrumadora entre los seguidores de la formación morada, hasta alcanzar un 73,3 por ciento. Por el contrario, sólo el 24 por ciento responsabiliza a Pablo Iglesias del fiasco, y sólo un 10,6 por ciento señala a Ciudadanos. Aunque conviene advertir de que nos hallamos ante un estudio de opinión con un trabajo de campo hecho en caliente, es decir, cuando el rechazo popular por lo ocurrido estaba más vivo, y que a medida que trascurra la campaña electoral volverán a pesar más las convicciones ideológica previas, no debería el candidato socialista desdeñar el efecto que pueda tener esta percepción de la realidad entre una población que, simplemente, no se cree el relato que nos trata de vender el PSOE y que, sin duda, tendrá reflejo en un incremento de la abstención. Hay, sin embargo, en la encuesta de «NC Report» unos datos que revelan una cierta nostalgia del bipartidismo que es preciso considerar. Primero, porque hay una parte importante de los consultados –el 63,2 por ciento– que consideran a la «nueva política» como responsable del bloqueo institucional, opinión que comparten, incluso, quienes se declaran votantes de Ciudadanos, Podemos y, sobre todo, de VOX, y, segundo, porque son los simpatizantes del PSOE y el PP quienes se decantan mayoritariamente por reformar el sistema y establecer por Ley la posibilidad de que gobierne la lista más votada en ausencia de acuerdo. Esta fórmula, que exigiría un consenso muy amplio entre las distintas fuerzas parlamentarias, apenas alcanza la aprobación del 44,6 por ciento de los encuestados, pero este bajo porcentaje se debe al rechazo frontal de los votantes de partidos minoritarios, conscientes de la dificultad de ganar unas elecciones, aunque sea en minoría. Sí hay acuerdo general en que se deben acotar los plazos de la negociación de la investidura, para evitar períodos de interinidad gubernamental tan largos como los actuales. Finalmente, y no por ello menos importante, los españoles consideran muy positivo el papel del Rey, que, dicho sea de paso, se ha ajustado impecablemente a lo que establece la Constitución, aunque entre los simpatizantes de Unidas Podemos sea mayor el rechazo que la aprobación. Tal vez, a la tradicional animadversión de la izquierda populista para con la Monarquía parlamentaria, haya que sumar en esta ocasión el desencanto ante la ausencia, de una mediación, desde todo punto institucional imposible, de Su Majestad, como llegó a reclamar el líder morado, Pablo Iglesias, cuando comprendió que las vías de pacto con el PSOE estaban definitivamente cegadas, en una de esas contradicciones tan frecuentes de la izquierda. En definitiva, como señalábamos al principio, que los españoles están muy disgustados con su clase política es un hecho. Si afectará al proceso electoral, es aún una incógnita.