Cataluña
No habrá trato de favor para Cataluña
La Generalitat se queja amargamente de que el Gobierno no le quiere adelantar 700 millones de euros de lo que le corresponde este año para abonar las pagas extraordinarias a los funcionarios. En teoría, la petición se realizó a finales de febrero con el pretexto de «aliviar tensiones de liquidez», aunque hasta ayer Hacienda no recibió la solicitud formal. La respuesta del Ministerio que dirige Cristóbal Montoro ha sido clara y contundente. No existe ningún motivo para que el Gobierno altere su calendario de liquidez a las comunidades autónomas y Cataluña cobrará, como el resto, en verano. Por no hablar de que la supuesta finalidad de este anticipo a todas luces irregular, la paga extra, resulta poco creíble en pleno mes de marzo. Lo que está claro es que a la Generalitat no le cuadran las cuentas y trata de echar mano del Estado español, el mismo al que desprecia, para que le saque del atolladero. Más preocupados por el órdago soberanista que por gestionar el presupuesto en interés de sus ciudadanos, los problemas de liquidez comienzan a ser alarmantes. El presidente, Carles Puigdemont, ha reconocido esta semana que el impago de créditos les va a costar un dineral. Lo achaca a «tensiones de tesorería» y asegura que están trabajando en ello. Y, mientras, trata de culpar a España para ganar tiempo. Lo mismo de siempre.
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