Podemos tiene un serio problema en Cataluña

El líder de Podemos en Cataluña, Albano-Dante Fachin, confirmó ayer que su organización se implicará activamente en la celebración del referéndum independentista por ser «una movilización social y políticamente legítima». Con esta decisión adoptada por unanimidad por el Consejo Ciudadano del partido en el territorio, máximo órgano de decisión, se aparta de la posición oficial de la dirección nacional de Podemos. Minutos después, Pablo Iglesias desaprobó la iniciativa de Albano-Dante Fachin y le recordó que el criterio compartido con Ada Colau y Xavier Doménech es la celebración de una consulta pactada y con garantías. Hace tiempo que el partido de los círculos tiene un problema con su estructura en Cataluña y también con su líder que no acaban de entender ni de asumir el sometimiento al discurso y a la estrategia de los comunes de Colau impuesto desde Madrid. Tras superar Vistalegre II y creer haber arrumbado a Errejón y los suyos en las plazas díscolas, Iglesias no ha sellado las grietas y la cohesión no es la que presumen con lo que tiene toda indisciplina de contestación al liderazgo político. Cataluña es un territorio clave en el que se centra un contencioso medular en el presente y el futuro de España. Que Podemos lo afronte con un discurso confuso pasará factura. No obstante, y más allá de sus cuitas internas, conviene también no perder el norte y entender que lo decisivo es que Podemos, de forma más o menos matizada, avala un referéndum ilegal contra la convivencia y la Constitución.