Asturias
Quince años de buenas razones
LA RAZÓN cumple quince años de cita diaria con los lectores. Es una fecha feliz para todos los que lo hemos hecho posible, y por ello queremos agradecer los innumerables mensajes de apoyo, respaldo y simpatía recibidos desde todos los ámbitos de la sociedad. Muy especialmente, a los miles de personas, representantes de la vida pública española, que nos acompañaron ayer en nuestra fiesta de aniversario. Es para nosotros un motivo de orgullo y una emocionante recompensa haber contado con la presencia de Sus Altezas Reales, los Príncipes de Asturias, con la del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con la de los presidentes de las principales instituciones del Estado y con la de tantos y tantos ilustres protagonistas de la vida política, empresarial, cultural y social de nuestro país. Y es un motivo de orgullo porque nos permite creer que la ilusionada apuesta periodística que dimos principio en el ya lejano mes de noviembre de 1998 ha conseguido uno de sus más anhelados objetivos: formar parte del proyecto general de España, aportando nuestra visión crítica de la realidad, y con la vista siempre puesta en los grandes retos que las circunstancias cambiantes de una época convulsa, como la que nos ha tocado vivir, han impuesto a los españoles. Satisfacción colmada, aún más si cabe, por la respuesta de nuestros cientos de miles de lectores y anunciantes que, día tras día, buscan en nuestras páginas la información, las opiniones ponderadas y la notoriedad a que se han hecho acreedores. Una labor, por nuestra parte, en la que siempre hemos buscado la calidad y el equilibrio, procurando huir de cualquier sectarismo y del sensacionalismo fácil, a la postre estéril, y que se ha visto largamente correspondida, como demuestra el hecho de que, en medio de una de las crisis económicas internacionales más profundas de las últimas cuatro décadas, que ha zarandeado a los medios de comunicación españoles en la misma medida, o incluso mayor, que al resto de la economía, LA RAZÓN sea el único periódico de ámbito nacional que ha incrementado sus ventas en lo que va de año. Durante estos tres lustros, nuestro periódico ha sabido adaptarse a las exigencias y a los retos de una revolución tecnológica en el mundo de las comunicaciones como no se había conocido desde la invención de la imprenta de tipos móviles o la llegada de la televisión. Cambios vertiginosos que, sin el poso y la reflexión pausada empresarial, sin la confianza en que los valores del periodismo, que son el deber a la verdad y a los lectores, prevalecerán siempre por encima de la espuma tecnológica, han arrastrado a muchos medios, otrora sólidos, a la ruina, cuando no a la desaparición. Porque durante estos quince años, en los que España y el mundo han vivido a caballo del cambio de milenio, un periodo a veces confuso, pleno de conflictos, pero enriquecedor, LA RAZÓN se ha mantenido fiel a sus principios fundacionales, a una divisa, garantía de independencia, que dice que no defendemos intereses de nadie, por legítimos que puedan aparentar, sino principios y valores. Bajo gobiernos de distinto signo hemos mantenido las mismas convicciones éticas y morales que definen nuestra línea editorial. Participamos de los valores espirituales que emanan del cristianismo y que comparte mayoritariamente la sociedad española, y que nos alinean inequívocamente con los derechos fundamentales de las personas. Defendemos las instituciones democráticas, a cuya cabeza se sitúa la Monarquía parlamentaria, tal y como viene establecido en nuestra Constitución, y somos, de acuerdo a su mandato, beligerantes con quienes pretendan atentar contra la unidad de la Nación o contra las libertades de sus ciudadanos. Sin duda, hemos cometido errores, por lo que pedimos sinceras disculpas, pero tenemos a gala no haber actuado nunca con doblez frente a nuestros lectores, ni frente a la sociedad española. Ni estrategias de mercado, ni oportunismo político ni presiones externas, de la índole que fueran, nos han apartado del camino. No ha sido fácil, pero lo que hayamos conseguido, poco o mucho, se debe a la confianza que han depositado en nosotros esos lectores que, aunque no compartan en muchos casos todas las posturas del periódico, saben que siempre intentamos contar la realidad desde la honradez y la lealtad, ajustándonos a la veracidad de los hechos y a la interpretación de éstos más objetiva que nos es posible. Hoy, pues, es un día en el que nos sentimos especialmente orgullosos por la recompensa cotidiana que, desde hace quince años, nos dispensan los lectores a todos cuantos participamos en la extraordinaria empresa de publicar cada mañana LA RAZÓN.
✕
Accede a tu cuenta para comentar