Rajoy, una victoria política «en funciones»

Han transcurrido trescientos días desde las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, tiempo en el que España ha permanecido bajo un Gobierno en funciones, prácticamente sin capacidad legislativa y apenas hábil para la gestión del día a día. Y, sin embargo, la recuperación económica se ha mantenido o, incluso, ha avanzado; las altas instituciones del Estado han cumplido con normalidad los escasos retos presentados y, en general, la sociedad española ha vivido estos largos meses dentro de la más absoluta normalidad. Cabría preguntarse qué hubiera sucedido en el caso de que, por ejemplo, la previsión del anterior Gobierno de aprobar los Presupuestos Generales de 2016 no hubiera tenido lugar, pero ya carece de importancia. En este sentido, lo que cuenta es que se lleve a cabo el desbloqueo de una situación que cada vez admite menos prórrogas. Sin duda, buena parte del éxito en el manejo de una realidad política tan inédita como compleja se debe a la serenidad y sensatez con que ha actuado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que ha dado ejemplo de su capacidad de análisis de las perspectivas sociales y ha sabido mantener unido a su partido, pese a las dificultades. Una victoria política que sería injusto no reconocerle.