Rivera debe evitar un pacto PSOE-Podemos

Los llamados partidos emergentes, los que todavía no han subido a la superficie –otean el exterior de la política con el periscopio, a izquierda y derecha– carecen de experiencia en la gestión pública practican la indefinición como método. Ayer, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, abundó en esa línea cuando dijo que apoyar al PP o al PSOE en un futuro gobierno en minoría sería «defraudar a la gente». Pero si dejamos lo futurible, lo único que se ajusta a la realidad es que el PP es la formación que puede vencer en estas elecciones y que, de no recibir el apoyo de Ciudadanos para la investidura de Mariano Rajoy –en caso de no revalidar la mayoría absoluta–, entraríamos en una situación de ingobernabilidad, justo lo que nuestro país no necesita en estos momentos. El segundo escenario abriría una situación no menos complicada: un gobierno del PSOE con el apoyo de Podemos supondría romper con un principio hasta ahora aceptado en la política española: la de que gobierne la fuerza más votada. Ese mismo principio es el que ha hecho valer Ciudadanos en sus apoyos en Andalucía y Madrid. Los gobiernos a la contra, en este caso para desalojar al PP del poder, no suelen dar buenos resultados: es perfecto para dar alas a todo tipo de radicalismos y revanchismos trasnochados. En manos de Ciudadanos está evitar un pacto entre PSOE y Podemos.