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Un despropósito pagado con el dinero de todos

La Razón
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Los millonarios gastos en viajes al extranjero del ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, son un despropósito que roza el insulto. No sólo por el objetivo anticonstitucional de los desplazamientos, sino porque esos 645.000 euros fueron detraídos de otras partidas presupuestarias, como Sanidad o Educación, que habían sufrido duros ajustes por la crisis. Mientras Artur Mas, con el dinero de todos los españoles –ya que son los ciudadanos, y no los territorios, los que pagan los impuestos– se dedicaba a predicar su proceso independentista por medio mundo, los ciudadanos de Cataluña sufrían el deterioro de unos servicios insuficientemente financiados. Si, como ha dictaminado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, legalmente no se puede acusar al ex presidente catalán de malversación de fondos públicos en relación con el proceso soberanista, sí se le deberían exigir responsabilidades políticas por el uso desahogado del presupuesto. Aunque, por lo menos, en lo que se refiere a los intereses generales de los españoles, se ha obtenido algo bueno: la constatación del nulo interés que despiertan allende de nuestras fronteras tanto el ex presidente Mas como su deriva separatista. Eso sí, ha salido caro.