Un reto que Mariano Rajoy no va a perder

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dio ayer por abierto el nuevo curso político en la localidad pontevedresa de Cerdedo-Cotobade con el inevitable eco de los atentados terroristas de Cataluña y de la gran manifestación de Barcelona, pero perfectamente consciente de que los impulsores del proceso separatista catalán no van a variar un ápice sus intenciones. Sin duda, es el desafío de la Generalitat lo que más preocupa en lo inmediato, aunque su desenlace ya esté descontado, y conviene que su resolución no se arrastre en el tiempo, porque, entre otras cuestiones, podría condicionar negativamente el buen desempeño de la recuperación económica y el empleo. Aun así, no es un reto que Rajoy, y por ende la sociedad española, vayan a perder. El presidente del Gobierno es consciente de que en sus manos está la responsabilidad de defender la soberanía nacional, la Constitución, la legalidad de Cataluña, su Estatuto, sus garantías democráticas y su pluralidad, y no tiene la menor duda de que así lo hará. Con la Ley en la mano y el respaldo de los tribunales, pero, también, con el apoyo cierto de la inmensa mayoría de los ciudadanos, apoyo que merecería tener un más claro reflejo en el resto de la fuerzas políticas constitucionales. El gobierno de Carles Puigdemont puede seguir en su fuga de la realidad hasta el final, pero debería ser muy consciente de las advertencias leales.